Desde el Grupo por la Soberanía Alimentaria: Mujeres Labrando Luchas, deseamos expresar nuestra solidaridad con la clase trabajadora y en especial con las mujeres trabajadoras, todas nosotras, en un contexto de
crisis sistémicas: socioeconómica, medioambiental, alimentaria y de los cuidados, a nivel mundial y local, a causa del sistema capitalista y patriarcal.
En este día donde nosotras, las mujeres de mundo globalizado, salimos a expresar, en un espacio público como es la calle, nuestra solidaridad,
reivindicaciones y propuestas, no queremos pasar por alto los logros conseguidos por las mujeres, pero sentimos que desde nuestra acción feminista, en cuanto a acción política se refiere, estamos obligadas a denunciar la situación de las mujeres y reivindicar que las propuestas emancipadoras del Movimiento Feminista y el de la lucha por la Soberanía Alimentaria* son dos ejes imprescindibles para las propuestas a Otro Mundo Posible. El sometimiento, la violencia y la invisibilidad son tres claves del sistema patriarcal y del capitalismo, que maltrata a las mujeres, las relaciones de género y a la naturaleza, por ello, vemos que es imprescindible unir las estrategias de lucha que pongan en cuestión al patriarcado y al capitalismo.
Desde Andalucía, nosotras, mujeres procedentes del mundo rural y urbano, nos unimos a las propuestas emancipadoras de ambos movimientos, y en este 8 de marzo del 2011, queremos unirnos a un mundo en crisis que grita por cambios estructurales y globales.
Queremos manifestar nuestro rechazo a unas ’políticas de igualdad’ y ’sostenibilidad’ que son definidas desde un modelo neoliberal, no creemos en un ’capitalismo de rostro humano’, y exigir:
Una vida libre de violencia machista, genocida y depredadora ambiental.
Democracia y soberanía de los pueblos: con su derecho a decidir políticas sociales, de generación de alimentos, modelos de desarrollo local.
La participación en la toma de decisiones en igualdad hombres y mujeres.
Gobernanza local (fortalecimiento organizacional y participación ciudadana) y empoderamiento personal.
El reconocimiento laboral y valoración social de todos los trabajos (dentro y fuera del hogar) asumidos, desde la precariedad, por las mujeres, así como la necesidad de la corresponsabilidad y reparto de tareas en los cuidados a otras personas.
La necesidad de repensar medidas como las políticas de conciliación, de igualdad en el empleo o la Ley de Dependencia desde un modelo de sociedad que sustituya la lógica del mercado por una lógica basada en una vida digna, libre de la explotación laboral y la opresión patriarcal.
El derecho a emigrar en condiciones dignas; pero también el derecho a no emigrar, el derecho de las mujeres y sus familias a vivir en su tierra con dignidad.
La necesidad de políticas agroalimentarias, económicas, sociales, que respondan a las demandas de las mujeres y a las necesidades internas de los pueblos y de los territorios, y no a los intereses económicos de las multinacionales y los agronegocios.
Que garantice la soberanía y la seguridad alimentaria de los pueblos.
Que no destruya las culturas locales. Que no sean depredadoras y respeten el medio ambiente.
La distribución, con justicia e igualdad, de tierra y recursos (conocimientos y formación, tecnología, semillas, productos, acceso a créditos, ingresos).
Desde el ’Grupo por la Soberanía Alimentaria: Mujeres Labrando Luchas’ queremos:
Contribuir a visibilizar y reconocer el trabajo y las aportaciones de las mujeres trabajadoras rurales, dentro y fuera de nuestra tierra, en el Norte y en el Sur, en su lucha cotidiana por la soberanía alimentaria, por la recuperación y preservación de las prácticas y vida sostenible en el medio rural. Queremos acompañarlas en sus rupturas y estrategias de resistencia , avanzando juntas en la concienciación colectiva sobre los modelos injustos de discriminación e infravaloración de las mujeres. Y así también, desde el espacio urbano, en el que muchas vivimos, queremos hacer valer el papel del consumo responsable, el decrecimiento y la participación en redes ecologistas y feministas.
Desde el convencimiento del poder de las complicidades, para lograr una posición estratégica en la acción política, de la que brote un mundo más justo para las mujeres y las niñas, para las relaciones de género y para la Naturaleza, GRITAMOS:
¡¡Con alianzas y complicidades: Mujeres Labrando por un BUEN VIVIR*!!
*1 La Soberanía Alimentaria, en pocas palabras, consiste en garantizar que los pueblos decidan sus políticas e producción agrícolas y ganaderas, la recuperación de la dimensión local de los mercados y la exclusión de los alimentos de la especulación internacional. Propuestas que surgen de organizaciones mundiales campesinas que reclaman mantenerse al margen de los designios del capital. (Concepto y propuestas promovidas desde el movimiento mundial La Vía Campesina con 300 millones de familias asociadas).
*2 La expresión “buen vivir” (sumaq kawsay, en quechua) es una concepción indígena, y busca un sistema en equilibrio, basado en la reciprocidad entre Personas y Naturaleza, no en el suicidio planetario de la mercantilización de la vida. Se opone al término vivir mejor que suponer hacerlo a costa de otra persona. El buen vivir requiere que las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades gocen efectivamente de sus derechos y libertades, y ejerzan responsabilidades en el marco del respeto a sus diversidades y la convivencia armónica con la naturaleza.