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Plataforma Andalucía Libre de Transgénicos

Red de entidades que reclama la garantía de una agricultura, ganadería, transformación, distribución y consumo libres de transgénicos en Andalucía.

Andalucía presenta un contexto agroalimentario, medioambiental y político que exige la prohibición de los transgénicos.

Por un lado, es una potencia en agricultura y ganadería ecológicas, tal y como recogen los datos de la propia Junta de Andalucía para el año 2012: 10.203 operadores agricultores y 973.239 hectáreas de cultivo ecológico, 3.683 explotaciones ganaderas y 967 actividades industriales, hacen que sea la principal región en operadores (40% de España) y superficie (50% de España).

El sector apícola de Andalucía, de una larga tradición, ha alcanzado en la actualidad un alto nivel de profesionalización y tecnificación, situándonos como la Comunidad Autónoma con el mayor censo de todo el Estado, con 540.167 colmenas. Sin embargo, y al igual que el sector apícola europeo, está afectado por la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo de 6 septiembre de 2011 en la que se recoge que:

“[…] la miel que contenga polen procedente de plantas transgénicas debe ser considerada como un alimento que contiene un ingrediente producido a partir de organismos modificados genéticamente y, por lo tanto, este tipo de miel deberá contar con una autorización para su comercialización en la UE […]”.

Dicha sentencia, que se encuentra en estos momentos en un proceso de revisión por parte de la Comisión Europea y los Estados Miembros, de cara a su implementación en el mercado comunitario, ha servido para que los operadores exijan análisis de miel libre de polen transgénico, e incluso certificados de la administración de que la miel se ha producido en colmenas alejadas de los cultivos transgénicos. Y ha provocado que los apicultores andaluces se echen a la calle, exigiendo la prohibición de los transgénicos en Andalucía.

La sustitución de variedades tradicionales por semillas mejoradas, la apropiación privada del patrimonio genético junto con la homogeneización y deslocalización de la producción y el consumo de alimentos, nos han hecho perder a lo largo de las últimas décadas una parte muy importante del patrimonio genético andaluz. Sin embargo, la buena noticia es que en el medio rural andaluz todavíasobreviven agricultores que usan, conservan e intercambian variedades tradicionales andaluzas, haciendo posible desarrollar iniciativas para recuperar y poner en valor nuestra biodiversidad agrícola.

La Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía (RENPA) engloba los ecosistemas más representativos de Andalucía y, en su conjunto, abarca 247 espacios con una superficie total del orden de 2,8 millones de hectáreas, de las que 2,7 millones son terrestres (lo que representa aproximadamente el 30,5% de la superficie de Andalucía) y el resto son marítimas, constituyendo la red más importante en superficie y en número de espacios protegidos de la Unión Europea.

La prohibición que exigimos apuesta por un compromiso con una alimentación sana, segura, de calidad y sostenible que solo es posible sin transgénicos. Para ello es necesario que se activen los mecanismos políticos, administrativos y legales que obran en poder del gobierno autonómico, para iniciar un proceso a corto-medio plazo, en diálogo con la sociedad civil, que lleve a que Andalucía sea una Zona Libre de Transgénicos.

Actualmente, 9 países europeos han prohibido el cultivo en su territorio del maíz transgénico MON810, al amparo del artículo 34 del Reglamento 1829/2003/CE. Cabe recordar de igual modo que el pasado 5 de julio de 2011, el Parlamento Europeo apoyó el derecho de los Estados Miembros arestringir el cultivo de transgénicos en sus territorios en base a argumentos no científicos, aprobando la propuesta presentada por la Comisión Europea en la que planteaba que dicha prohibición pudiera llevarse a cabo por los siguientes motivos:

• Prevención del desarrollo de resistencia a los plaguicidas entre las malas hierbas y las plagas.
• Posibilidad de que se produzcan cruces con plantas domésticas cultivadas o silvestres.
• Prevención del impacto negativo para el medio ambiente local causado por cambios en las prácticas agrícolas, relacionados con el cultivo de transgénicos.
• Conservación y desarrollo de las prácticas agrícolas que ofrecen el mejor potencial para conciliar la producción y la sostenibilidad de los ecosistemas.
• Mantenimiento de la biodiversidad local, incluidos determinados hábitats y ecosistemas, o determinados tipos de elementos naturales y paisajísticos.
• Inexistencia o escasez de datos adecuados sobre el posible impacto negativo de la liberación de transgénicos para el medio ambiente local o regional de los Estados Miembros, incluida la biodiversidad.
• Repercusiones socioeconómicas: la imposibilidad o los altos costes de las medidas de coexistencia o de su aplicación, debido a condiciones geográficas específicas, tales como islas pequeñas o zonas de montaña; la necesidad de proteger la diversidad de la producción agrícola y de garantizar la pureza de las semillas.
• Uso del suelo, ordenación del territorio u otros factores legítimos.