Fuente - Diario Sur - VANESSA MELGAR
La sandía larga de Montecorto, el calabacín negro de Arriate, el tomate rosa de Faraján, la berenjena morada de Alpandeire y la acelga morada de Ronda. Son algunas de las hortalizas que quieren regresar a los campos de la Serranía de Ronda. Este es el objetivo que se han marcado la Universidad Rural Paulo Freire (URPF) en Benalauría y Ecologistas en Acción ’Silvema Serranía de Ronda’ al crear el Banco de Semillas de la Serranía de Ronda. Mediante el mismo los agricultores que así lo deseen podrán adquirir las semillas de estas variedades que en muchos casos se encuentran al borde de la extinción y se cultivan de forma minoritaria, según informó Rafael Galindo de ’Silvema Serranía de Ronda’: «El objetivo del Banco de Semillas es conservar, recuperar y promover la herencia agrogenética que la Serranía todavía preserva».
Actualmente, el Banco está compuesto por más de 300 variedades de hortalizas, cereales y legumbres, principalmente. Durante cinco meses se han recogido muestras, explicó Galindo, gracias a las donaciones de agricultores de pueblos de la comarca natural de Ronda. La colección se divide en dos, añadieron desde la URPF: una de seguridad, que se mantiene bajo condiciones ambientales controladas, y otra dinámica: «Esta es la que soporta los intercambios, las cesiones y los préstamos de semillas para aquellas personas que deciden apadrinar una variedad local», argumentaron.
Alimentos transgénicos
«Las variedades locales solo sobrevivirán a la extinción si se las dota de uso, valoración y ventajas frente a las variedades comerciales», dijeron desde la URPF. Y es que el Banco de Semillas reivindica el cultivo tradicional de estas variedades frente al consumo de alimentos transgénicos. Un dato relevante que indicaron se refiere a que tan solo diez compañías controlan más del 55% del mercado mundial de semillas.
En el caso de la Serranía de Ronda, Galindo afirmó que ya se ha perdido la zanahoria violeta del Valle del Genal o los melones blancos y que hace 30 años aproximadamente en la ciudad del Tajo existían hasta 30 variedades de manzano.
Éste defendió como mejores el olor y el sabor de las frutas y verduras cultivadas de forma tradicional y subrayó que son las que mejor se adaptan al terreno y sobreviven a las plagas con mayor éxito.
Desde el Banco de Semillas, que ha recibido donaciones de pueblos como Arriate, Algatocín, Benarrabá y de la pedanía rondeña de La Cimada y que no pretende crecer más allá de la comarca natural de Ronda, también se realizan campañas de sensibilización sobre la necesidad de conservar este patrimonio.